Una Vida
Vivía en un campo bien cerca de la ciudad, mi casa era estilo americano con un balcón a la vuelta redonda y en el "porch" había una mecedora, estaba en un pueblo pequeño en su apogeo desarrollo económico, había muchas casa grandes con su granjas muy cerca, no había tecnología, todo era muy apacible, me encantaba correr por toda la pradera, era un lugar frío con montañas a los lejos y en la cima tenía nieve. Era hermoso, no había temor, mientras iba a trabajar montada en una bicicleta paseaba y veía el resplandor del lugar. Trabajaba en la imprenta de mi tío que estaba en el pueblo, era impresionante y divertido, sabía la historia y noticias antes que los demás puesto que yo lo acomodaba en el periódico luego que redacción verificara antes de ir a la impresora, yo quería llegar a ser redactora, pero todavía me faltaba experiencia, solo tenía 22 años y me acababa de graduar de periodismo en una universidad local por lo que único que hacia por el momento era acomodar la noticia en la placa., pero por algo tenía que empezar. Me vestía siempre con botas y una falda de mahón con una camisa de hilo con flores impresas (las tenia de todos colores), hacia frío (70 grados F )aunque era verano, la verdad no recuerdo en que lugar del planeta estaba. Pero si recuerdo el olor al campo fresco, a la tinta de la imprenta, a las flores y es que cerca de mi trabajo había una floristería con muchos anaqueles frente a su tienda y para llegar a mi trabajo pasaba por allí primero, era bien agradable. También había una tienda de frutas, mis favoritas eran las frambuesas, siempre compraba cuando salía del trabajo y llenaba la canasta de la bicicleta. Mi trabajo era part-time, vivía con mi familia, no tenía hermanos pero si muchos vecinos que crecimos juntos y casi todos eran de mi edad. No tenía miedo puesto que era muy joven y no había pasado grandes traumas excepto que mi madre había muerto de cáncer en mi niñez pero demasiado chiquita para recordarlo y mi padre al tiempo se volvió a casar con una señora lo mas buena gente que no pudo tener hijos pero me quería como su propia hija. No recuerdo ninguna violencia, mi padre era muy trabajador, trabajaba hasta tarde en una fabrica de zapatos, que tiempos!!!.
Pasaron los años y conocí a un un chico súper buena gente pero mujeriego como el solo que luego cambio y me enamoro, el era alto de ojos verdes, le encantaba la música y era bien divertido. Al par de años nos casamos, el trabaja en la radio y yo deje el trabajo y me quede en la casa, tuvimos 3 hijos, Alexia, Calista y Nicholas. Buenos recuerdos, me encargaba todo de ellos al ser ama de casa tenía tiempo para muchas cosas, mi esposo Nicodemos era bien bueno conmigo, siempre me decía Acasia lo único que yo quiero es que seas feliz y me daba un beso en cada momento, cosa que abochornaba a mis hijos.
Mis hijos crecieron, mi padre murió, mi madrastra, que yo le decía mama se quedo con nosotros pero ya era viejita y tenía una enfermedad que no reconocía a nadie, para ese entonces vivíamos lejos de la ciudad y aunque económicamente no estábamos mal, se nos hacia difícil conseguir medico cerca y medicamentos apropiados, ya el doctor del pueblo la había desahuciado y pues era cosa de esperar. Luego al par de meses murió con una sonrisa. Ya mi esposo y yo estábamos solos, y el se había retirado puesto que lo que hacíamos era vivir los mas tranquilamente posible, todas las tarde en la mecedora tomando un te veíamos el atardecer juntos y jugábamos con los perros. Cada día vivía como si fuera el ultimo, a veces venían a visitar los nietos y les hacia una tarta de manzana hasta que el mas joven de nuestros nietos se caso, y ya era mas difícil verlos.
Luego sucedió lo que me atemorizaba y es que ya era mayor de edad, y solo en las fechas importantes la familia se reunía, mi esposo ya estaba con una artritis que casi no podía moverse y yo ya estaba con mis achaques. De igual manera era bien feliz, había criado una familia grande, todos eran profesionales y yo estaba tranquila, al par de años murió mi esposo que ya tenía 83 años y yo tenía 80, luego yo caí en una cama, mis hijos se turnaban para cuidarme, hasta que llego mi hora. Viví toda una vida llena de amor y muy feliz. Viví una vida donde todo era paz y aunque nunca tuve lujos viví en abundancia de amor. Ya fallecí. Entonces desperté y me di cuenta que solo viví un sueño. O quien sabe y el sueño es lo que vivo ahora y la realidad es mi otra vida.